Las Lagunas de Siecha se encuentran en el Parque Nacional Natural Chingaza, y se constituían como santuarios y sitios de devoción de los muiscas, en donde realizaban peregrinaciones, festejos y se depositaban ofrendas en tributo a la vida y a la fertilidad. En este lugar se ubicó estratégicamente el Cacique de Bacatá para atacar con más de 10.000 tropas al pueblo de Guatavita, sumándose a las que esperaban en los cerros de Tocancipá y Gachancipá, las cuales él mismo había hecho apostar allí estratégicamente para garantizar el éxito del ataque al Guatavita, a quien hizo huir y esconderse en el Valle de Gachetá (Freide, 1960; Correa, 2005).

Este espacio natural se encuentra a 3.500 metros sobre el nivel del mar y presenta la característica vegetación de páramo. Según Liborio de la Zerda, en su obra “El Dorado”, allí también se celebraba la ceremonia de El Dorado y no sólo en la laguna de Guatavita. Es en este lugar donde se arrojaron los tesoros del Cacique de Guatavita y los del Cacique de Chía a la llegada de los españoles (Zerda, 1947). De la Laguna de Siecha también fue extraída una balsa muisca similar a la que se encuentra hoy en el Museo del Oro recuperada en el municipio de Pasca en el sur de Cundinamarca. Hasta el día de hoy, se desconoce el paradero de esta importante pieza arqueológica.

Para acceder a las lagunas se debe seguir por una vía secundaria que lo conduce a la vereda de Paso Hondo, recorrido que dura alrededor de 40 minutos aproximadamente. Durante la época de invierno es necesario utilizar un vehículo de doble tracción. Luego hay que caminar alrededor de dos horas por un sendero entre vegetación de paramo y paisajes típicos de la alta montaña neotropical. Es de resaltar que en el parque se regula la entrada, por lo que es necesario hacer reserva ante la unidad de parques nacionales en Bogotá con al menos un día de antelación, de lo contrario es posible que se le niegue el ingreso.