Debido a la presencia de sal en la región, desde tiempos inmemoriales las comunidades humanas se asentaron cerca del actual pueblo de Nemocón para su uso y explotación artesanal. Luego la colonia le quitaría las minas de sal a los muiscas. Para la revolución comunera los indígenas tratarían de recuperar la mina, sin embargo, la masacre y el terror se tomarían el pueblo y la corona española retomaría la propiedad de la mina. Hoy es uno de los atractivos turísticos más importantes de Cundinamarca.