De la gran cantidad de espacios con arte rupestre de la Sabana de Bogotá, la Piedra del Pajarito se caracteriza por ser el único petroglifo que se ha descrito en la región. Los dibujos consisten en círculos concéntricos unidos por una línea que sale del centro y se proyecta hacia abajo (Martínez, 2010). Es posible que al interior de los curcos que conforman los grabados también estuvieran pintados con cinabrio.

El arte rupestre consiste en grabados y pinturas que se llevaron a cabo en diferentes periodos de la prehistoria, estos se elaboraron en paredes rocosas, cavernas, coluvios y cantos rodados de diferentes tamaños. En el mundo se han identificado diferentes tipos de arte rupestre elaborados con diferentes técnicas, en el caso de la piedra del Pajarito se trata de un petroglifo ubicado en una pequeña pared de rocosa de aproximadamente 10 metros de altura.

Estos petroglifos son grabados en bajo relieve que fueron elaborados con diferentes técnicas como rayado (se frotan piedras que van generando desgaste en la roca), percusión (se dan golpes con dos piedras a modo de martillo y cincel) o abrasión (se frota la piedra con la ayuda de arena y agua). Aunque no se conoce con precisión, es muy probable que los instrumentos con los que se elaboraron los grabados hayan sido destruidos en el acto debido al natural desgaste generado por su uso. Estos grabados son los únicos con estas características que se han encontrado en la Sabana de Bogotá (Martínez, 2010).