El casco urbano del municipio estaba situado a 600 m al
occidente de su ubicación actual. Sin embargo, entre 1938 y 1940 este fue
abandonado por la presencia de brujas y fantasmas que no dejaba conciliar el
sueño a sus habitantes. Hoy del pueblo viejo solo quedan algunas construcciones,
la iglesia, algunas viviendas con techos de paja y restos de antiguas construcciones.